La bodega catalana Torres trabaja en ocho líneas de investigación para la captación y reutilización del CO2 de la fermentación del vino, como forma de minimizar su huella de carbono y limitar los efectos del cambio climático.
La bodega ya tiene como compromiso reducir en un 30 % sus emisiones de CO2 por botella del 2008 al 2020.
Bodegas Torres colabora con universidades y empresas tecnológicas para buscar vías de aprovechamiento del CO2 producido, por lo que la empresa se convierte en un campo de pruebas por la disponibilidad de grandes cantidades de CO2 que se generan durante la fermentación alcohólica y porque dispone de energías renovables.
Reutilización del CO2
El equipo de medio ambiente de Bodegas Torres ensaya con ocho tecnologías distintas la reutilización del CO2.
Algunas pueden ser implementadas a nivel industrial, mientras otras están en fase de desarrollo, han señalado desde Torres, cuya dirección pretende mostrar el abanico de posibilidades que plantean las tecnologías de captación biológica y captación química como solución de futuro para combatir el cambio climático.
Todo, porque el aumento de las temperaturas hace que la vendimia se adelante año tras año, lo que podría afectar a la calidad de los vinos e incluso modificar el mapa vitícola.
Desde 2008 el cambio climático uno de los ejes de la política ambiental de Torres que, ha anunciado que hasta el mes de junio había reducido un 18,9 % las emisiones de CO2 por botella, desde la viña al transporte final, mediante la implementación de medidas de eficiencia energética, energías alternativas y transporte eco-eficiente, entre otras actuaciones. Efeverde