La densidad media de contaminación por microplásticos en la zona sur del Golfo de Valencia es de 329.500 ítems por kilómetro cuadrado, una cifra refleja una contaminación elevada por microplásticos.
Estos valores son similares a otras zonas del Mediterráneo y reflejan una situación “algo mejor” que la conocida como “isla de plástico”, en el giro del norte del Pacífico, según una investigación elaborada por la Universitat Politècnica de València (UPV).
Se trata de la primera investigación desarrollada sobre la presencia de microplásticos en la costa de la península ibérica, concretamente en un segmento de la costa valenciana, los 54 kilómetros que van desde Cullera hasta Denia, han informado fuentes de la UPV en un comunicado.
Diferencias de densidad de microplásticos
Para llevar a cabo su investigación, Felis ha tomado muestras de la capa superficial marina de diez tramos perpendiculares a la costa y ha identificado y cuantificado los microplásticos.
Según su estudio, los tramos con mayor densidad de partículas son los cercanos a las desembocaduras de los ríos de la zona, el Júcar y el Serpis.
En su investigación, Felis ha constatado grandes diferencias entre la densidad de microplásticos de la zona del Serpis y Marenyet (al sur de la desembocadura del Júcar), con una media superior a 900.000 ítems por kilómetro cuadrado, y la que presentan zonas como Piles y Oliva Nova, con una densidad media cercana a 100.000 ítems por kilómetro cuadrado.
Felis señala que existe una correlación entre la presencia en el mar de microplásticos y la contaminación por plásticos de más tamaño (macroplásticos), ya que en el ámbito de este estudio se ha encontrado un 66 % de microplásticos procedentes de la degradación de macroplásticos.
Distintos tipos
En el estudio, Felis expone que los microplásticos son de dos tipos, por un lado primarios, entre los que se encuentran, por ejemplo, las micro esferas procedentes de productos farmacéuticos y cosméticos, como la pasta de dientes o exfoliantes.
“Todos ellos se vierten a la red de alcantarillado y llegan a las depuradoras de aguas residuales, pero su pequeño tamaño impide que se retenga en alguna de las etapas del tratamiento, por lo que acaban en el mar a través del vertido”, ha explicado.
El segundo tipo de microplásticos son los secundarios, procedentes de fragmentos de plásticos grandes que se generan por la acción de agentes erosivos.
La investigadora advierte también de que la presencia de este plástico en el medio marino afecta a la fauna y a través de ella, a los seres humanos, ya que éstos son ingeridos desde los niveles más bajos de la cadena trófica, como moluscos o plancton, del que se alimenta otra fauna, que a su vez es consumida por el ser humano. EFEverde
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