Las organizaciones ecologistas han celebrado hoy la decisión de cerrar la central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos, que, aunque “llega tarde”, inicia el progresivo apagón nuclear en España.
El Gobierno ha decidido no renovar la autorización necesaria para que Garoña, que no está en funcionamiento desde hace cinco años, pueda volver a operar, por lo que será cerrada, ha anunciado el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal.
ONG consultadas por Efe han reaccionado con satisfacción a esta decisión, que desde hace años es también un “clamor político”.
Desde Greenpeace, Raquel Montón ha afirmado que hoy es un día de celebración: “es el principio del fin de la energía nuclear en España”.
Montón, responsable de la campaña de energía nuclear de esta organización, ha manifestado que el parque nuclear en España está envejecido, ya que tiene una media de 33 años y con las licencias de explotación actualmente en vigor alcanzará los 38 años.
“Estamos por tanto ante el final de la vida útil de las centrales nucleares de nuestro país”, ha afirmado Montón, quien ha insistido en que estas deben ser desmanteladas y sus residuos radiactivos gestionados adecuadamente.
En este sentido, la ONG ha propuesto que se elabore un nuevo plan de gestión de los residuos radiactivos para administrar “la peligrosa basura” que generan las nucleares y ha pedido que no se conceda ninguna licencia de explotación a los reactores nucleares operativos en España una vez concluya su período de validez.
“Clamor político” a favor del cierre
Desde Ecologistas en Acción también han celebrado la noticia; a juicio de su portavoz para temas nucleares, Francisco Castejón, se trata de un veredicto de “sentido común e inevitable”.
“Había un clamor político a favor del cierre, incluso por parte de Ciudadanos, un aliado del Partido Popular”, ha dicho.
Por su parte, la directora de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, ha indicado que se ha adoptado “la mejor de las decisiones, con responsabilidad para el país”: España tiene que eliminar los grandes riesgos como era la central de Garoña y apostar por las energías renovables.
“Estamos con esa decisión, Garoña debía cerrarse y no podíamos correr más riesgos”, ha aseverado Ruiz.
Juan López de Uralde, coportavoz de EQUO, ha resumido: “La pesadilla de Garoña se termina”, aunque la decisión “ha llegado tarde”.
“El cierre tenía que haberse producido hace varios años”, ha subrayado López de Uralde, quien ha agregado que “tratándose de un reactor gemelo al de Fukushima no era viable”.
Con el cierre de Garoña, ha asegurado, se abre un nuevo escenario para el cierre progresivo de las demás centrales nucleares, y ha recordado que su formación busca el apagón nuclear definitivo. Efeverde
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