Un tercio de la comida que se produce a nivel mundial acaba en la basura, por lo que “si el desperdicio de alimentos constituyera una entidad política, un país de verdad, sería el tercero más contaminante del mundo después de EEUU y China” ha explicado a EfeVerde Jonathan Zarzalejo.
El proceso de gestión de estos desperdicios alimentarios aporta, además, el 8 % de las emisiones globales de los gases de efecto invernadero, según ha explicado este portavoz y responsable de mercadotecnia de la comunidad ‘Too Good To Go’ en España, formada por “Waste Warriors” (“Guerreros de los residuos”, en inglés) y enfocada hacia la reducción de este despilfarro de recursos.
En España, donde ha llegado recientemente, la acogida “ha sido muy buena, brutal”, hasta el punto de que el proyecto ya funciona en más de media docena de ciudades “y la idea es terminar el mes de junio con presencia prácticamente en todo el país”.
Una aplicación para movilizar a la comunidad
La comunidad funciona a través de una aplicación móvil que pone en contacto a negocios de alimentación y usuarios en su propio barrio, con lo que se potencia el consumo de proximidad.
El usuario adquiere un ‘pack’ sorpresa a bajo precio, cuyo contenido y volumen dependerá de los alimentos que el negocio no haya vendido a lo largo de la jornada.
Cada establecimiento “sabe calcular desde el punto de vista económico la cantidad de comida que le sobrará al final del día, pero no qué tipo de producto concreto”, ha detallado Zarzalejo, por lo que existe un componente de “juego y emoción” en esta transacción.
Por ejemplo, el comprador adquiere un paquete en una frutería sabiendo que contiene “producto de calidad” pero no sabrá exactamente qué tipo de fruta en concreto hasta que vaya a recoger su compra.
De esta manera, “ponemos en contacto a los vecinos con tiendas cercanas que a lo mejor ni siquiera conocían y ayudamos a ambas partes a conocerse o a fortalecer sus vínculos”, junto con impulsar el principal objetivo: no desperdiciar nada.
Más concienciación
Zarzalejo está convencido de que “todavía necesitamos concienciación, no terminamos de entender la cantidad de comida que se tira a la basura” y cree que iniciativas como su aplicación móvil puede suplir “las buenas intenciones, que no sirven de mucho si no actuamos”.
Más de 9 millones de personas en toda Europa participan ya en este colectivo, cuyo lema ha sido etiquetado como #Lacomidanosetira.
En su opinión, este problema podría encauzarse mejor con algún tipo de regulación legal del desperdicio de alimentos que, en este momento “no existe en el caso español, mientras que en otros países como Italia sí tienen una ‘ley del buen samaritano’ que permite donar los excedentes alimentarios”.
Además de conectar a usuarios y establecimientos, la aplicación proporciona consejos y orienta a la hora de organizar y conservar los alimentos pues “comemos más por los ojos, como suele decirse, y compramos de más y a eso hay que sumar que a menudo no sabemos organizar la nevera”, por ejemplo a la hora de consumir los alimentos en función de su fecha de caducidad. EFEverde.
ppm