La adaptación y mitigación climática son factores en los que hay que seguir trabajando en el sector hídrico, aunque se lleva años trabajando en ello, «el agua no está en la agenda de las preocupaciones políticas», asegura en entrevista con EFE el presidente de la AEAS, Fernando Morcillo, en el marco del Día del Agua.
Adaptación y mitigación climática
La AEAS, asociación que cumplirá 50 años en 2023, reúne a diferentes actores relacionados con el agua como operadores y otro tipo de entidades y de empresas relacionadas con los servicios urbanos, asegura su presidente.
La función fundamental de AEAS es servir de nexo de unión de los intereses profesionales, «ilustrar» a la Administración en temas del agua y ser un foro de encuentro de profesionales para hablar de tecnología e innovación en temas de abastecimiento urbano.
Sequía en España

Imagen facilitada por la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamientos (AEAS) de su presidente Fernando Morcillo Bernaldo de Quirós. EFE
Morcillo señala que la sequía es un fenómeno «muy conocido en España», pero está acelerado por el cambio climático, que, sin duda, obliga a «volver a trabajar sobre la planificación existente» y recuerda que en España existe una «gobernanza muy asentada» porque aquí surgió la segunda ley de aguas europea en el siglo XIX -después de la inglesa-, y la legislación española establece que «el agua tiene prioridad para usos urbanos, fundamentales para la ciudadanía como beber y usos vitales».
Y aunque la sequía afecta al ámbito urbano, «hay mucha planificación y estructuración», porque todos los ayuntamientos en España tienen que tener un plan específico contra la sequía, para anticiparse a cualquier incidencia a través de mecanismos escalonados de ahorro, de reducción o de información a la ciudadanía.
Explica, no obstante, que la situación es diferente dependiendo de las regiones, como en Andalucía que están en prealerta por las condiciones climatológicas, una medida que obliga a ir adoptando medidas escalonadas que tienen como objetivo «proteger el recurso hídrico y que se utilice con la mayor eficiencia posible».
«En España hay más de 2.500 sistemas de agua diferentes, algunos como el caso de Andalucía o del área del Mediterráneo que se pueden ver más afectados incluso en años que aparentemente pueden ser más normales».
Consumo y ahorro de agua
En relación al consumo, explica que desde 2006 a 2020, se ha pasado de un consumo por ciudadano de 162 litros a 128 de media nacional, «es un esfuerzo grande por parte de la ciudadanía, pero también por parte de los operadores de agua para ir afinando y reduciendo esos consumos», datos que son de carácter universal, porque en todos los sitios se ha reducido el consumo.
Sobre el ahorro de agua de escorrentía, Morcillo explica que a efectos de aprovechamiento, todas las tecnologías basadas en la naturaleza como los métodos de infiltración, los pavimentos drenantes, las zonas de recarga de posibles acuíferos o de la humedad del subusuelo, son elementos que poco a poco se van tomando en cuenta, van cambiando la fisonomía de las ciudades y «hay mucha capacidad de desarrollo a futuro para mejorar el urbanismo al que estamos acostumbrados que es el de hormigonar y asfaltar todo».
Son «tecnologías oportunas», que hay que animar e identificar por sus comportamientos -porque a veces tienen ámbitos de actuación muy local-, por su coste y mantenimiento, son proyectos piloto que poco a poco van cambiando. No obstante, dice, el problema es que «cambiar las estructuras hídricas de las ciudades es costosísimo, lo que implica realizar solo actuaciones en determinadas zonas».
Reducir las pérdidas con tecnología
La tecnología, remarca, ha permitido además detectar muchas fugas de agua y reducir la pérdida del recurso con redes de sensores de un 32 % en 1990 a un 23 % en la actualidad. No obstante, dice, hay ciudades en España que están por debajo del 10 %, mientras otras por encima del 45 %, es decir «todavía hay un recorrido» y «un reto en un país seco».
Depuradoras y Dsear
En relación a las sanciones europeas por falta de sistemas de depuración que hasta octubre sumaban casi 54 millones de euros hasta finales del 2021, Morcillo asegura que es una situación que «no ha mejorando mucho» por la falta de capacidad de invertir en «unas instalaciones muy caras. Seguimos mal e incumpliendo, pero se va despacio».
«No hay fondos para el sistema Depuración, Saneamiento, Eficiencia, Ahorro y Reutilización (Plan DSEAR 2022-2027), que el Ministerio pretendía poner en marcha, lo que obliga a ir muy despacio».
El presidente de AEAS recuerda que para un servicio de agua de calidad, es necesario «invertir» en redes y depuradoras, y subraya que el ciudadano no es consciente del déficit porque abre el grifo y cae agua, «un sistema que no es muy sostenible para la siguiente generación», concluye. EFEverde
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