Antoni Peris / Sedigas.- Efectuar un consumo responsable basado en el ahorro de energía es una de las claves para mejorar la eficiencia energética, luchar contra el cambio climático y para reducir la contaminación.
Para ello, apostar por mejorar la eficiencia energética de los aparatos utilizando sólo la energía que necesitamos no solo mejora la calidad de vida de los ciudadanos, en cuanto que les suministra confort e importantes ahorros en su factura de gas, sino también por sus implicaciones en el medio ambiente. La energía limpia del gas puede ahorrar a los consumidores un 22% de su factura y al planeta una importante reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Desde Sedigas creemos que los pequeños gestos cotidianos son importantes y que la eficiencia energética no sólo depende de las ventajas que la industria pone a disposición de los ciudadanos, sino del modo en que estos utilizan las instalaciones y los aparatos que tienen en su hogar.
Recomendaciones
Un ejemplo de alta eficiencia es la calefacción a gas natural, por el gran poder calorífico de este combustible, que permite reducir la cantidad de energía necesaria con la garantía de un resultado óptimo. Adicionalmente, podemos conseguir un mayor ahorro en el hogar con unos sencillos consejos.
Comprobar que los radiadores no tienen aire en su interior, cerrar las llaves de aquellos que estén en habitaciones vacías; purgarlos en caso necesario cuando llegue el invierno y no bloquearlos con muebles ni ropa mejorará su rendimiento.
También ahorraremos con un buen acristalamiento térmico en paredes y techos y un buen cierre hermético. Si la temperatura es excesiva es preferible cerrar la llave de paso que ventilar la habitación, para lo que basta con diez minutos.
Si disponemos de calefacción individual a gas, es interesante utilizar un sistema de regulación por temperatura con termostato. 20 º durante el día y de 16 a18 º por la noche son suficientes Cada grado adicional supondrá un coste de ente un 5% y un 8% de energía.
La eficiencia energética es un concepto que incluye otras medidas medioambientales que no solo nos ayudan a ahorrar, sino que también favore
cen la calidad del aire, como aprovechar la energía del sol, levantando, las persianas.
Los electrodomésticos a gas son altamente eficientes, sobre todo si elegimos los de clase A frente a los de clase G. La eficiencia energética debe constar en la etiqueta del producto.
El agua caliente que utilizan las lavadoras o lavavajillas bitérmicos procede de la caldera, por lo que ahorran en tiempo, energía y dinero. También es más económico lavar los platos en un lavavajillas que a mano con agua caliente. Las secadoras de ropa a gas consumen un 40% menos en cada uso.
Instalar una llave con termostato o monomando en la ducha permitirá que el agua salga a la temperatura constante deseada. También se puede consumir menos energía y agua con una ducha en vez de bañarse.
En la cocina es importante cocinar con la tapadera puesta y ajustar la llama de los quemadores al fondo de los recipientes. Una olla exprés, en lugar de una convencional, también acelerará la cocción de los alimentos.
Gas en el transporte, garantía de eficiencia y sostenibilidad
Los vehículos a gas natural son una alternativa real, eficiente y ecológica al transporte convencional. Con los precios actuales de los combustibles y la misma cantidad de dinero, un vehículo utilitario a gas natural recorrerá el doble de distancia que uno a gasolina y un 56% más de kilómetros que uno con gasoil.
La implantación del gas natural en el transporte rodado el ferrocarril, y también en el marítimo y en los puertos es fundamental por su alta eficiencia energética y su contribución a la mejora de la calidad del aire.
El gas, la industria y la eficiencia energética
La energía limpia del gas es altamente eficiente en procesos industriales y de cogeneración y jugará un papel fundamental en la implantación de las renovables por su disponibilidad, idoneidad y su alta eficiencia. Estas características, unidas a la gran diversificación de las instalaciones, garantizan la competitividad del sector industrial.
En conclusión, el gas natural es una energía limpia y eficiente imprescindible en la transición hacia una economía baja en carbono que garantiza la competitividad industrial y la sostenibilidad económica y reduce la contaminación. Al mismo tiempo, que supone un ahorro para las familias y las empresas.
(*) Antoni Peris es Presidente Sedigas,
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